La abadía de Glastonbury, The Abbey, fue fundada por José de Arimatea, que llegó a las islas británicas en el año 63 de nuestra era, en honor a la Virgen María. Es una de las instituciones religiosas más antiguas de las Islas Británicas y su primer santuario cristiano. Cuenta la leyenda que el tío-abuelo de Jesús de Nazaret, trajo consigo el Santo Grial y aquí se haya escondido, en algún lugar de la mítica Avalon, donde se rumorea también, que Jesús vino de visita cuando era joven.
El lugar es muy amplio y se haya rodeado de unos fabulosos jardines. A medida que avanzaba el día en la misteriosa Glastonbury, se hacía más luminoso y resplandeciente. Me fascinó sobremanera lo monumental que era el lugar, no obstante en el medievo fue una de las más grandes abadías de Europa. No dejaba de sorprenderme por lo enorme de sus muros.
En esta foto se puede percibir lo grande que debió ser la abadía
En 1191, los monjes benedictinos de la abadía se encontraron con una tumba que aseguraban pertenecía al rey Arturo y Ginebra, con la inscripción «Aquí yace el Rey Arturo en la Isla de Avalon». El rey Eduardo III mandó trasladar los restos en 1278 cerca del altar mayor.
En la tumba del rey Arturo. Justo detrás mio se encuentran las ruinas de lo que fue el Altar Mayor
Una de las anécdotas que se cuentan es que cuando esta próspera abadía benedictina estaba gobernada por el abad Michael Whyting, de 80 años de edad, los hombres del rey Enrique VIII encontraron un cáliz que, dijeron, había sido robado del tesoro real. Como castigo el anciano abad fue colgado en la Tor. Le cortaron el cuerpo en 4 trozos que fueron llevados a las cuatro ciudades cercanas más importantes, mientras la cabeza permaneció en el atrio de la abadía.